Tenía trece años cuando vi por primera vez un filme de Francisco Lombardi (Tacna, 1949). Recién daba mis primeros pasos en la Literatura, mientras vivía en La Serena. Dos hechos hicieron que me vinculara más que estéticamente en su universo cinematográfico: había hecho una adaptación al cine de "La ciudad y los perros", una novela que había leído en fragmentos, escrita por uno de mis autores fundamentales; la otra razón era que provenía de una ciudad hermana de mi natal Arica, separada a poco más de media hora. He seguido su filmografía con devoción por esas razones y porque considero que Lombardi es básicamente un escritor. Algunos le denostarán que el ritmo de sus filmes es demasiado lento o los diálogos de ellos extremadamente teatrales;no pueden negar, no obstante, que es uno de los pocos directores latinoamericanos de los que se puede afirmar llega a la categoría de hacer cine de autor.
Acá una nota realizada por la televisión colombiana.
Acá una nota realizada por la televisión colombiana.
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